lunes, 19 de julio de 2010

I just made a giant masterpiece for all the world greatest newspaper nerds

Gracias a las mentes brillantes de Cracked me encontré con este video.



Este personaje pasó a la historia de la televisión por interrumpir la señal de dos canales de televisión de Chicago en el año 1987, usando una máscara de un personaje publicitario de Coca-Cola llamado Max Headroom.



El primer ataque se dio en medio de un programa de noticias en WGN-TV. En la primera versión del video no se escucharon las palabras del pirata. La segunda vez tuvo más éxito. En el medio de un episodio de Doctor Who en WTTW la señal se interrumpió y apareció el mismo video, esta vez con sonido.



Hay varias características que hace que este video sea particularmente perturbador, incluso para los estándares de la generación YouTube: 1) No hay coherencia alguna en la secuencia de frases que emite en esos 2 minutos de absoluta locura. Hay un palo a un conglomerado de medios de Chicago, una referencia a un viejo programa de televisión y un chiste con un slogan de Coca-Cola y una lata de Pepsi, todo con una voz distorsionada. En el medio, varias frases inentendibles por el ruido de fondo. 2) El tipo se mueve como si estuviera en medio de un viaje de alguna droga peligrosa, o peor, víctima de alguna terribla enfermedad mental. De un lado al otro del plano, riéndose de forma histérica. 3) Nunca se encontró al responsable. No dejó rastros. Nunca más pirateó otra señal. 4) El gran final, con Max agachándose y un asistente pegándole con un matamoscas en el culo.

Obviamente ambos canales recibieron miles de llamadas de gente indignada y/o aterrada. Esa noche los niños de Chicago tuvieron pesadillas con Max Headroom y algunos no volvieron a ver televisión en su puta vida.

Es una lástima que no haya vuelto a pasar algo así. Un loco de mierda (o un visionario, un adelantado, un elegido, un extraterrestre) metiéndole el dedo en el culo al poder por televisión, y jodiendo con la mente de los espectadores, simplemente porque puede, porque tiene los medios para hacerlo. Aún más fascinante, un loco que utiliza sus 2 minutos de aire no para pedir paz mundial, no para promover a determinado partido político o determinado producto, sino para contarle al mundo que está muy mal de la cabeza.